¡Buenas de nuevo!
Algo de tiempo ha pasado. Y no solo tiempo, sino eventos desagradables.
Con lo que no puedo por menos que retomar desde la última vez que escribí aquí en La Marca…, solo por chinchar. Porque por aquella entrada anterior se me acusó de buenismo, que es un concepto que ha surgido -que curioso, fíjate- con la crisis mundial, y que no es más que una excusa hipócrita de quien quiere seguir pensando únicamente en sí mismo, pero en el fondo sabe que eso esta mal, y realmente no se cree las tésis de la derecha más recalcitrante.
Pero resulta que en La Marca sufren una desgracia, y todos a apoyar, corroborando mis argumentos y, al fin y a la postre, haciendo caso a lo que yo decía. Vamos, dándome la razón; en el fondo las rencillas que se pueden dar en el seno rolero son arrebatos infantiles porque, ya en serio como adultos, somos cuatro amigos con demasiado en común para llevarse mal. Y a poco que nos esforcemos, podemos ser un grupo muy noble. Ole nuestros hu-bueno, voy a dejar ya el tema, que me pongo muy cansino.
Hace ya varias semanas que por aportar mi granito de arena le comenté a Steinkel que iba a hacer mi presencia más frecuente en el blog, por si necesitaba un respiro para dedicarse a sus cosas, porque llevar un blog es muy esclavo, para qué nos vamos a engañar. Como yo he tenido lo mío en las últimas semanas, no he podido ponerme hasta ahora, con lo que tengo que pedirle a Steinkel mil perdones, pero bueno, ya estoy aquí, y la espera habrá merecido la pena.
Empiezo ya, a continuación, a postear entradas con chicha en este nuestro blog, y para los próximos días tengo una batería de anuncios que hacer sobre proyectos en los que me voy a meter, en general porque soy hiperactivo y un poco inconsciente, también.
Lo dicho, ojo al parche, y váyanme por la sombra.
Creo que mucha gente se ha volcado tras la tragedia que le sucedió a Steinkel, pero me parece exagerado decir "en La Marca sufren una desgracia, y todos a apoyar, corroborando mis argumentos".
La marca debe tener unos 3.000 compradores del manual de reglas (dos cajas rojas más el manual de bolsillo), más un número indeterminado aunque sin duda grande de lectores y jugadores que disfrutan del juego y el blog. De ese número tan sorprendente, 304 personas dejaron un mensaje cuando se enteraron de la tragedia de Steinkel, y 200 compraron la edición en PDF del juego en los primeros días para echar una mano (aunque es posible que esa cifra se haya duplicado o incluso triplicado).
Total, que no es que se haya demostrado la valía humana de los jugadores de rol, sino que un grupo de personas (que son parte de la comunidad de jugadores de rol) ha demostrado su valía humana.
En su día te comenté que en los juegos de rol, como en cualquier otra actividad, hay gente de todo tipo. No existe ninguna afición compuesta solamente por personas maravillosas.