Dark Druids es un magnífico módulo d20 editado por Troll Lord Games para D&D 3.5. En teoría esta aventura es la primera de una serie que abarcaría toda la campaña de Rob Kuntz Dark Quest, en donde nos enfrentamos a unos malvados druidas ayudados por poderes ocultos y demonios de otro tiempo. Pero desafortunadamente, no hemos visto ningún otro módulo publicado de Dark Quest, y esto ya se está conviertiendo en una costumbre para el bueno de Rob, porque también nos dejó con la miel en los labios con la saga del Laberinto de Zayene, editado parcialmente por Necromancer, y que nunca se terminó de publicar por completo. En fin, estas cosas suelen pasar, y la hemos visto con otras editoras, pero es algo que no está bien. Por cierto, ¿qué pasa con Cult of Yex, otro adventure path iniciado por Troll Lord y que se ha quedado olvidado en el limbo tras sólo editar su primera entrega?. Esto que apunto es un problema, ya que este Dark Druids necesitará modificaciones por parte del DM, pues su final es abierto, en espera de esos otros módulos que continuarían el relato argumental y que nunca aparecieron, ni tiene pinta de que aparezcan en el futuro. Pero aparte de esto, la aventura está bien escrita y es un aunténtico desafío para los jugadores. Dice Rob en su introducción que es la campaña más complicada jamás creada por él, y que pocos de sus jugadores lograron concluirla, cosa que resulta interesante, diría yo, y más viniendo de un miembro de facto de la vieja guardia rolera de Lake Geneva (Wisconsin), amigo personal de Gygax, co-master de su campaña mítica de Greyhawk, creador de Sir Robilar (el primer personaje en acabar con vida la Tumba de los Horrores), en fin, un autor mítico de la historia de los juegos de rol.
Vamos a ver la aventura por dentro.



La introducción del autor no tiene desperdicio, y nos traslada al ambiente e historias de las partidas y campañas originales en las salas de comedor de Lake Geneva, capital de los juegos de rol. Viejas historias de los primeros jugadores de rol.
Por lo demás, el módulo es de factura sencilla y directa, sin alharacas ni adornos.



Lástima que no apareciesen los otros módulos necesarios para completar esta campaña, casi tan vieja como el propio juego en el que se inspira, Dungeons & Dragons.

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