
Yo admito que está muy mal dejar tirados a los compañeros. Sobre todo teniendo en cuenta las maniobras y requiebros horarios que la mayoría se ven forzados a realizar. Pero entiendo que la causa estaba más que justificada. Estaba justificadísima. Es más, si aquí mi homónimo, mi otro yo, se hubiera tenido que ver en la misma tesitura, en la que una bella ninfa se mostrara dispuesta a bajarle puntos de constitución después de una noche loca, tener por presente que no le veis el pelo (aún menos, quiero decir) ni en un mes.
Pero claro, para los guaperas del grupo, para quienes el bello sexo no tiene misterios, es muy fácil criticar y alzarse en cólera. Que vosotros no sabéis lo duro que es ser feo, pequeñajo y con gafas, así que las escasas ocasiones que se nos presentan hay que saber aprovecharlas.
Además en el amor y la guerra todo vale. Y si hay que suspender una sesión de juego para que nuestro querido powergamer encuentre nuevos combos durante el apareamiento, pues se suspende. No pasa nada.
Señores, que hay que ser más solidario con los necesitados y comprender lo que, en definitiva, es una necesidad muy humana.
Os devuelvo la conexión con Khristo, pero prometo volver a resurgir y denunciar la injusticia allá donde se presente.
Seguro que alguno de mis compañeros tiene a bien explicar los motivos y origen de esta entrada.
Muy bueno, compañero, muy bueno. En fin, este asunto tiene fácil explicación. Vamos a ver, normalmente nos reunimos todos los lunes para jugar nuestra sesión semanal, a eso de las 20:30, una vez que todos hemos concluido nuestras jornadas laborales. Pues bien, algún que otro lunes, nuestro querido y apreciado Manolo, powergamer orgulloso y fanático donde los haya, se escaquea de improviso, dejando colgado al grupo, para irse de farra con alguna gachí que se le pone a tiro. Maestro en el arte del engatusamiento, y pesar de su aspecto poco agraciado, el tío se las lleva de calle, agotadas e indefensas tras el prolongado asedio al que se ven sometidas. Luego, ante el cabreo del personal por su incomparecencia a la sesión de juego, nuestro querido Manolo, tira de las más peregrinas excusas para salvarse de la quema. Craso error, pues todos sabemos de sus devaneos amorosos de aquí te pillo aquí te mato y no nos puede engañar. De aquí que Khristo (bueno, el alter ego malvado de Khristo) satirice el asunto con su habitual habilidad, recreando una escena que sería el sueño de Manolo, es decir: gachís y rol todo junto y a la vez.