Con las ilustraciones a medio entregar, con los mapas entrando en su recta final, con el texto a falta de una última revisión, con la imprenta calentando motores, con ganas de verla terminada… La Llamada de los Dioses despierta de su letargo y amenaza con hacer aún más tórrido este largo verano de espera.

En unos pocos meses más, la bestia concebida por el incombustible Manzanedo invadirá nuestras peores pesadillas y caminará sobre la tierra sembrando la confusión. Aunque para conocer su terrible naturaleza aún habremos de esperar al otoño. ¡Ya falta menos!
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