Hay cosas curiosas, en verdad, casualidades afortunadas. Hace ya unos días pude ver una entrada muy interesante en el siempre fascinante blog de Carlos de la Cruz, donde mostraba su importante colección de juegos y suplementos de RuneQuest ambientados en Glorantha. La verdad es que nosotros no atesoramos muchos de los libros que se muestran en esa recapitulación, pues nunca hemos jugado con mucha frecuencia a RuneQuest. Pero viendo las fotos recordé poseer algunos libros de HeroWars, aunque no conseguía encontrarlos, así que supuse que los habría prestado o yo que sé. Pero, hétenos aquí, que unos días después de leer aquella reseña, los libros aparecieron sorpresivamente, tras de una estantería repleta que hube de mover por razones que no vienen al caso. Es evidente que algún arcano de influjo maravilloso provocó tan inopinado efecto, trocando lo que aparentaría ser una casualidad para el común de los mortales en un hecho fantástico por lo oportuno del mismo. Así que, redivivos y reencontrados, lucen de nuevo bajo la lente de mi cámara fotográfica, para deleite de propios y extraños. Jamás asunto baladí produjo tanto trajín, más estas frases desafortunadas que malgastan tiempo. Tal es la vida del rolero, de común más inteligente que el resto, de ahí su fabulosa capacidad para dotar de importancia lo inane.
Bueno, ya fuera de bromas, aunque la anédocta de los libros de marras es real como la vida misma, aunque carece por completo de importancia (lo de arriba era una broma inocente), me ha sorprendido la repercusión de mis palabras de ayer, donde yo afirmaba que jugar a rol no hace a nadie más inteligente, pues incluso he recibido correos donde tratan de convencerme de lo contrario. En fin, no seré yo quien dicte sentencia en este asunto, pues lo que dejé escrito es una opinión personal, basada en mi propia experiencia, después de haber conocido mucha gente en esta afición a lo largo de todos estos años. Tampoco voy a intentar convencer a nadie, porque no me gusta perder mi tiempo y sería presuntuoso de mi parte hacer tal cosa, ya que no tengo la capacidad de juzgar estos asuntos y, tampoco, como he dicho, el tiempo necesario. Aunque si que me gustaría abrir un debate al uso, y ofrecer este espacio para que cada uno de vosotros que quiera y pueda exprese su opinión al respecto. Tal vez aprenda algo de todo eso, de seguro, creo, porque todos los días uno aprende algo nuevo, aunque la mayoría de las veces no sirva para nada.

Ah, este es el prefacio del manual básico de HeroWars. Y no, no me engaño a mí mismo al declarar lo que declaro en la entrada de ayer de este blog. Yo hago lo que hago sin método preciso, y me basto para definirlo, y defino lo que hago por lo utilidad y satisfacción que me reporta en esta vida que se agota y está llena de fatalidades y desastres. Afirmar que una persona que no conoces se engaña a sí mismo por sus acciones, desconociendo a su vez sus motivaciones y anhelos, es algo injusto e inútil. Yo no juzgo a nadie… nosotros nunca juzgamos a nadie. Que haga tal cosa el que quiera y pueda… y allá cada cual con sus motivos. Y esto lo digo desde el respeto,  por supuesto.

Hoy es lunes, y algunos echarán de menos la típica entrada de este día relativa al desarrollo de la caja de marras y tal… pero bueno, a la espera de su salida inminente, ya poco podemos añadir más allá de esperar a tenerla en nuestras manos y comprobar de primera mano que todo esté en orden. Mientras tanto, seguiremos aquí, jugando y acumulando libros de rol con los que llenar un barco para poder depositar nuestros cadáveres decrépitos sobre ellos y prenderlos en llamas. Porque, realmente ésta es la razón por la que los roleros coleccionamos libros de rol, ¿verdad?

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