Cuando eramos apenas unos zagales, mi
hermano y yo fingíamos ser intrépidos aventureros, exploradores
dispuestos a descubrir tesoros ocultos, reliquias de otrora y
artefactos extraños.
Recuerdo mi infancia con cariño y nostalgia.
Yo digo ¿quién de vosotros no ha
jugado de niño creyéndose un arrojado explorador internándose en
misteriosa ruinas?, ¿quién de vosotros no se ha maravillado ante la
mera visión de mapas antiguos y escritos describiendo lugares
remotos y civilizaciones extranjeras?, ¿quién de vosotros no ha
soñado de niño con descubrir un tesoro o luchar contra el malvado
villano que amenaza con destruir el mundo?, ¿quién de vosotros no
ha deseado ser un arqueólogo, un intrépido astronauta del futuro o
un buscavidas sin miedo aventurándose en lo desconocido y más allá?

Está en la naturaleza del ser humano,
inevitablemente, esa pulsión irracional por explorar y descubrir qué
hay detrás de la próxima colina, en las entrañas de la tierra o en
la destartalada mansión victoriana que se levanta amenazante al
final del sombrío bulevar de robles decrépitos. El hombre,
afortunadamente, posee una curiosidad innata, una necesidad imperiosa
por desvelar lo oculto, el mundo que lo rodea. Pero no sólo eso, ya
que éste, no contento con descifrar la realidad, imagina espacios,
civilizaciones, mundos enteros e incluso universos infinitos para su
deleite. Quizás, la invención de este imaginario espacial supere a
la pulsión exploradora del hombre, pues permite ahormar la creación
a nuestro gusto y necesidad, cuando hoy, las responsabilidades
diarias y la cruda realidad, han eliminado la capacidad para vivir
aventuras reales. La imaginación, por tanto, nos permite ser libres,
y tal vez por ello, sea la más poderosa arma con la que contamos.
Siempre he dicho que la imaginación es
un músculo que precisa de ejercicio para ganar en vigor y potencia.
No conozco mejor manera de ejercitar este músculo que la lectura y
los juegos de rol, de cualquier tipo, pelaje o condición.
Así que, ya saben: lean y jueguen a
rol. Fortalecerán su imaginación y serán más libres.
Share This