En 1980, en plena fiebre del oro de los juegos de rol, cuando Dungeons & Dragons era una rabiosa novedad, de gran actualidad, y que ganaba adeptos por hora y su popularidad crecía como la espuma, la multinacional Mattel estrenaba este curioso juego electrónico basado en D&D. El juego en sí era muy sencillo, y permitía a dos jugadores explorar un dungeon que se creaba aleatoriamente con 50 secciones de muro. Dentro del mismo había un dragón que debía evitarse a toda costa mientras los dos aventureros/jugadores exploraban para encontrar el tesoro, compitiendo entre sí. Hoy este curioso juego es toda una pieza de coleccionista, muy interesante por otra parte… y curiosa.


Share This