Bueno, tras unas semanas sin jugar (culpa de nuestro querido Master, que viaja más que el baúl de la Piquer), retomamos nuestras aventuras en Rappan Athuk, explorando niveles cada vez más profundos de este lúgubre complejo subterráneo. La sesión trascurrió sin muchos sobresaltos: un perro infernal de tres cabezas mató al hechicero (lo resucitamos), unos desuellamentes casi nos sorben el cerebro y una dichosa trampa arcana nos quitó un buen montón de puntos de inteligencia… ¡vamos!, lo que se dice una sesión normalita. ¡Maldito Master!.

Ah, como pueden ver en las fotos, ya hemos puesto en funcionamiento los Bendy Dungeon Walls.

El grupo avanza por un pasillo de unos 20 pies de ancho.

Mateo dormita mientras Javi, a su vera, sube el personaje de nivel.

El Master comienza a amenazar al personal, con su típica pose chulesca. Manolo pide el Manual para preparar su próximo y letal combo powergamer.


La mesa del Master en el típico totum revolutum. No faltan los refrescos y el tabaco.

Chiquito mira de reojo al Master.

Mateo, ya despierto, se dispone a fumar displicentemente.

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