Me van a permitir esta nueva digresión mía. Pero es que hay cosas que no comprendo, que se me escapaban, y miren ustedes que llevo tiempo dando vueltas al asunto. No entiendo las razones que han llevado a Hasbro a desechar las licencias para traducir Dungeons & Dragons en otros idiomas. Sí, lo sé, somos muy pesados con el asunto de marras, ya hemos hablado antes de ello, pero pensaba, en nuestra estulta ingenuidad, que en todo este tiempo, algún lumbrera de la casa habría rectificado esta política, y vueltos al sendero de la razón, decidido licenciar el juego allende los mares, a tutiplén. Pero no, no ha caído esa breva. Y no puedo dilucidar los motivos, y aún nadie ha explicado la razón.
¿Cómo es posible que un juego que forma parte de la cultura popular, que es el más importante de todos los juegos de rol hasta la fecha, origen de la afición e hilo conductor de la misma, se publique exclusivamente en inglés cuando todas las ediciones anteriores han contado con su correspondiente licencia, en múltiples lenguas, desde el israelí hasta el japonés, pasando por el español y alemán, francés y la Biblia en pasta? ¿Por qué antes sí y ahora no? ¿Qué ha cambiado? ¿Cuál es el ignoto y arcano razonamiento por el que una empresa renuncia a una ganancia económica, sea más o menos magra, aprovechando las más que posibles licencias internacionales que están esperando, aún hoy, a la puerta de su departamento correspondiente? ¿Cómo afectará esta política al futuro del juego en los países en los que no se ha licenciado en la lengua nacional si esta empresa, Hasbro, decidiera enmendar su más que evidente error en el futuro? 
Si alguien me lo puede explicar, soy todo oídos y ojos, para escuchar y leer.
Y por favor, que nadie me venga con lo del inglés, y eso, que todos deberíamos leerlo y parlotearlo con fluidez, porque estoy un poco hasta ahí de este argumento retuerto. 
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