Hoy he recibido el documento final maquetado de la caja negra, que debería entrar en imprenta de forma inminente. Cristóbal, su autor, y un servidor, lo hemos revisado por última vez, a vuelapluma. Ya está.
Han sido casi dos años de duro trabajo, no ya por la ímproba tarea de su autor, el bueno de Cristóbal, sino también por el proceso de prueba en mesa de la aventura y la posterior corrección de los sucesivos documentos. Son 380 páginas de campaña, más los mapas aparte… ¡una campaña clásica! Sí, podríamos decir que se trata de una aventura que recoge todos los ingredientes necesarios para conformar una experiencia de juego típicamente old school: exploración, combate, tesoros y aventura… mucha aventura. Por supuesto, una campaña basada en localizaciones, con una trama de fondo muy relevante, que condiciona buena parte de las acciones de nuestros personajes. Además, muy en nuestro estilo, la caja negra es letal, complicada, artera y cruel: el más mínimo error supondrá la muerte más que segura del pobre incauto. Nosotros, como jugadores experimentados, hemos sufrido lo indecible… dejando por el camino un buen número de personajes, fruto en gran medida de nuestra forma directa de jugar y la propias vicisitudes de las sesiones de juego de playtesting, que ayudan a pulir problemas, rebajando en ocasiones la dificultad de algunos encuentros y situaciones. Sí, determinadas localizaciones dentro del gran dungeon, de múltiples niveles, son tremendamente complejas, ahítas de acertijos. Alguna hay cuya resolución fallida podría suponer la destrucción completa del mundo de la Marca… ahí es nada. En fin, ya lo descubrirán por su cuenta muy pronto…
Esta caja no incluye prólogo, sólo un epílogo, donde nos despedimos. Pero no es un adiós, simplemente un hasta pronto…
Ya está…
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