Bueno, pues al fin he recibido mi ejemplar de Polaris, de la mano de la editora conBarba. Estoy muy contento, pues el resultado final es sensacional. Se trata de un libro sencillo, en tamaño digest, en rústica con solapas interiores, con papel que aparenta ser verjurado de buena calidad, ilustrado en blanco y negro maravillosamente. La portada del mismo es muy sobria y elegante a su manera, así como las ilustraciones de Mónica N. Galván (por cierto, al ser un mecenas del tipo adecuado, he recibido una ilustración de Mónica exclusiva realizada en una de las páginas interiores del libro). Además del libro, recibimos unas chapas y los dados al uso, además de cuatro láminas de ayuda ilustradas, como se puede apreciar en la foto de arriba, y con más detalle para las chapas y dados en esta otra que pueden ver abajo a continuación. El dado con los números metálicos incrustados es soberbio, ciertamente.
Aquí tienen la ilustración de Mónica exclusiva. ¡Genial!
Y seguidamente, unos pocos ejemplos del interior.
Muy buenas ilustraciones, sí señor.
Llama la atención la calidad del papel y la maquetación tan sencilla y elegante a la par.
Aquí tienen lo que parece ser la hoja de personaje para el juego.
Y una de las láminas.
En fin, como he dicho, un soberbio ejercicio de estilo, depurado, sobrio, elegante, atractivo y bien realizado, muy cuidado, lo que denota a las claras el empeño de esta pequeña editora emergente, a la cabeza de la cual podemos señalar a Francisco Castillo . Aunque, también debo reconocer que, siendo una pequeña joya, muy recomendable, no es el tipo de juego que me guste, por su especial diseño innovador, que prescinde de la figura del Narrador o Director de Juego, en pos de una experiencia colectiva narrativa donde los propios jugadores, dentro de un turno rotatorio, van configurando su propia aventura de manera muy particular. Dicho esto, esperamos como agua de mayo las siguientes propuestas de esta empresa, seguros de que seguirán en esta estela de calidad y buen factura que ya se iniciara con su versión de Donjon. ¡Enhorabuena!
No me suelen gustar este tipo de juegos de narración conjunta porque, hasta donde he probado (si bien no con Polaris), al ser una creación colectiva y muchas veces improvisada no se pueden desarrollar subtramas largas, y con demasiada facilidad pueden llevar a campañas sin demasiada coherencia. Además, seamos sinceros, no todos los jugadores de la mesa tienen por qué tener tendencias narrativas ni creativas, lo que obviamente puede desequilibrar el juego.
No obstante, no he jugado a Polaris, que parece bastante desarrollado. ¿Alguien podría explicar un poco como funciona y si los problemas que comento se solucionan con estas reglas?
Me parece un gran juego, con herramientas poderosas para crear historias personales y muy fuertes, como en "Waith: El Olvido". Tiene un trasfondo precioso y onirico, unas ilustraciones buenísimas y un texto bonito y ameno de leer con unos ejemplos entretenidos que nos sirven también como relato.
Discrepo del Sr. Rodriguez, por lo menos en el caso de "Polaris", la profundización es muy posible dentro del juego si las partidas se preparan y se aprovechan los entre actos para hablar de los siguientes pasos. Si bien reconozco que la jugabilidad puede resentirse con cada nueva partida que hagamos, por que muchos temas ya estarán tocados y el juego es finito en lo que se refiere a material que explotar, la historia que hay es la que hay.
Los juegos de "cread una historia entre todos" a los que he jugado eran bastante sencillos o, como en el caso de Wraith, uno no terminaba de entender la ambientación y eso restaba jugabilidad. Por lo que he oído, Guardian, Polaris está bastante más preparado para contar historias. ¿Nos puedes contar algo sobre sus mecanismos? En plan ejemplo, simplemente.