Tempus Fugit… el tiempo se nos escapa, huye, para no volver. Quizás sea la cosa más preciosa que atesoramos… y la más efímera. Esta condición inherente a la fugacidad propia de nuestra existencia, determina todos nuestros actos y enumera nuestras posibilidades. La vida, está llena de ausencias, insoportablemente saciada de ellas. Es una lección primordial que se aprende… con tiempo. Es fundamental no desaprovechar el momento.

Desde que empezamos con esta aventura nuestra, hace ya dos años, todas nuestras decisiones, afortunadas o desafortunadas, han estado marcadas por la falta de tiempo. Esta circunstancia ha gravitado poderosamente sobre nuestros actos, modificando a su manera el resultado de nuestras acciones. Con tiempo de sobra, suficiente para dedicar en exclusiva, está claro que hubieramos tomado otros caminos, sopesado todas las opciones con más detenimiento y revisado aquello más sensible con celo y cuidado. En fin, con todo, hemos aprendido mucho, y seguimos haciéndolo cada día que pasa. No obstante, ha llegado un momento en el que tenemos que detenernos para decidir hasta dónde queremos llegar y cómo. Es decir, ahora que ya tenemos orientadas las dos últimas cajas, tendremos que decidir qué hacer a continuación, es decir: qué dirección tomará la Marca, su mundo y el juego en sí, cuando nosotros nos apartemos a un lado. Tenemos que empezar a pensar en ello y hablarlo con nuestro editor. No sin antes discutirlo entre nosotros, el grupo original de la Marca…

Por lo que me toca, no sabría qué decirles: unos días estoy muy animado y otros tremendamente cansado. Supongo que es lo normal, y con más razón en un tipo algo ciclotímico, que fluctúa entre la depresión y la euforia. Lo que tengo claro es que, antes o después, tendremos que dejar que la Marca fluya por sí misma para quedarnos a un lado, tomar decisiones y drenar el agua a la clepsidra (homenaje a la película a la que pertenece la fotografía que corona este escrito). La verdad es que me siento un poco como el protagonista de la misma, el tipo de mirada extraviada tocado con bombín. El bueno de Józef.

Share This