Lo prometido es deuda, y aquí tiene mi ejemplar -recién llegado desde el otro lado del charco- del juego de tablero Sherlock Holmes Consulting Detective, creado por Sleuth Publications (sí, editorial que comparte título con la famosa y magnífica película -La Huella, en la traducción española- de Mankiewicz, auténtico duelo interpretativo entre un enorme Laurence Olivier y Michael Caine, que tampoco le va a la zaga). Como se puede apreciar en las fotos, la edición que nosotros poseemos corresponde a la versión del juego contenida en una caja, pues hubo una edición anterior publicada en formato archivador.
Sherlock Holmes Consulting Detective es un curioso juego que goza de una excelente reputación entre los aficionados, al punto de convertirlo en un juego de culto poco más o menos. En él tendremos que resolver una serie de casos ayudados por cantidad de pistas insertadas en las diversas ayudas gráficas y literarias que nos aporta el juego, tales como el fabuloso mapa del Londres victoriano, el listín de contactos y direcciones, el libro de pistas, la reproducción de prensa de la época, etc. Es decir, tomando el papel de uno de los conocidos como Irregulares de Baker Street (un conjunto heterodoxo de pillastres y picaruelos callejeros que asistían al señor Holmes en algunos de sus casos cuando las circunstancias así lo requerían) tendremos que lanzarnos a las brumosas calles londinenses para desenmascarar a peligrosos criminales, resolver entuertos y dar solución a oscuros misterios. Suena interesante y en verdad lo es, aunque las posibilidades de rejugabilidad son limitadas, sino nulas, una vez completemos satisfactoriamente los casos contenidos en la caja -aunque hubo expansiones que aportaban nuevos misterios que resolver, como West End Adventures, que trataremos en otra reseña-.

Vamos con las fotos. Como pueden observar, el juego posee aún su retractilado original. Violaré su virginidad para mostrarles sus entrañas, ¡por primera vez!, como si se tratara de la pobre Mary Kelly en su destartalada chabola del 13 de Miller’s Court aquella noche aciaga de noviembre de 1888.



Retiramos la tapa para mostrarles el interior.

A continuación desplegamos sobre la mesa el contenido íntegro de la caja.

Lo que más nos gusta es el fabuloso mapa del Londres holmesiano.

Debo añadir que soy un fan irredento de este enorme, complejo e interesantísimo personaje de ficción, cumbre de la obra literaria de Doyle y auténtico referente de la literatura universal. Pocas parejas tan inolvidables e increíbles como Holmes y su inseparable Watson. Así pues, como lector impenitente del canon holmesiano, no puedo dejar de maravillarme con este mapa y la cantidad de referencias interesantes que encontramos en él y que nos hace rememorar algunos de los casos más conocidos de Holmes. Como botón de muestra de esto que digo, señalar el punto ocho del mapa, en el que se aprecia el famoso Club Diógenes, lugar donde puede uno toparse con Mycroft Holmes, hermano de Sherlock y poseedor también de una aguzada inteligencia, capaz de rivalizar, sino superar, con la de su propio hermano -aunque su carácter más indolente le colocan en desventaja frente al dinámico Sherlock-. Recuerdo, siguiendo con este ejemplo, como en el famoso relato titulado «El Intérprete Griego», Watson y Holmes acuden al club en busca de Mycroft para recabar su ayuda. Como este, mil ejemplos más… ¡maravilla de mapa!, para enmarcar.

Abrimos el libro principal de los casos.


Esta es una fotografía del interior del libreto de reproducciones de prensa de la época.

Cuadernillo donde se nos presentan los diferentes casos de los que consta el juego.

El libro de soluciones.

Y las sencillas reglas.

Y ya por último, el listín de contactos y direcciones.

En fin, una maravilla descatalogada, una curiosidad y un magnífico juego.

Por cierto, hay hoy día disponible un juego bastante similar de producción española y que ya hemos tratado aquí, El Club de los Martes, creado por el señor José Carlos de Diego Guerrero (Wkr es su nick), y que nunca me cansaré de recomendar.

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