Hoy vamos a comentar la problemática relación que siempre ha existido entre estas dos formas de expresión, las cuales, paradójicamente, se nutren recíprocamente una de la otra, pero que a su vez se miran con recelo entre sí.

En general, el tratamiento que ha dado el cine, sobretodo el cine español, de los juegos de rol, suele estar plagado de los estereotipos característicos que se suelen asociar con los jugadores de rol, esto es, personas que sufren cierto síndrome de Peter Pan, encerradas en su mundo de fantasía y a las que les es difícil diferenciar la vida real de la imaginaria. Estas características, como veremos, suelen estar presentes en la mayoría de películas que han tratado este tema.

Nuestro repaso del horror comienza con: Nadie conoce a nadie, que presenta a un grupo de jugadores de rol que toman una ciudad entera como tablero, planteándole al héroe enigmas y acertijos que debe ir solventado por las calles. Por supuesto, los jugadores son tipos excéntricos y tan obsesionados por su juego, que no dudan en recurrir a la violencia para completar su misión. En esta película se dan todos los clichés del género: psicópata, fantasía idealizada, jugadores, incluso tablero y dados.

Otra película, igualmente española, es El corazón del guerrero. En este caso, la trama es mucho más introspectiva y refleja la dicotomía interna a la que se enfrenta un jugador de rol que es incapaz de diferenciar la vida real, de la imaginaria. Así vemos pasajes en las que es un adolescente jugador de rol, intercalados con otras en las que es un guerrero de un mundo de fantasía. Por supuesto, no hay que dudar del lugar en el que termina encerrado el muchacho.

Siguiendo con el cine español, curiosamente uno de los que más ha tratado este tema, imaginamos que inspirados por el horrible asesinato cometido en su época y del que todos hemos oído hablar. En este caso se trata de Jugar a matar, título más que descriptivo que ya nos previene sobre su contenido. Este telefilme es una recreación del terrible crimen cometido por el que más tarde sería conocido como asesino del rol, y nos presenta una vez más el cliché de jugador psicópata que extiende su juego a la vida real. Curiosamente esta película fue presentada al público junto a un pseudo-documental en el que se trataba de limpiar la imagen que se tiene de los juegos de rol frente a la sociedad, aunque claro, con semejante presentación, quién necesita enemigos.

En otros países, la relación cine-rol, no ha sido tan problemática y ahí tenemos a los de Hollywood empezando a raspar el filón de los argumentos que presentan ciertos juegos de rol. Por ejemplo, podríamos citar Dungeons & Dragons, la película, de la cual se ha llegado incluso a rodar una segunda parte. Estamos de acuerdo en que el metraje no pasará a los anales cinematográficos por su calidad, pero al menos es una película inspirada por un juego de rol sin mayores pretensiones que darlo a conocer y que no juzga a los aficionados.

Por supuesto, también se ha insinuado la presencia del rol en ciertos guiones de conocidas series de animación. Quizás los más famosos sean las apariciones de Gary Gigax en Futurama, o los affairs ocasionales en los Simpsons, los cuales darían para un artículo aparte. También en series de éxito, como Expediente X se ha visto a jugadores de rol, del lado de la ley, como solía ocurrir con los “frikis informáticos” que ayudaban a los agentes del FBI y que en sus ratos libres jugaban a D&D.

En cualquier caso, es obvio que aún seguimos esperando la gran película que refleje la realidad de este tema sin recurrir a manidos estereotipos o a absurdos argumentos carentes de lógica. Por desgracia, la losa que pesa sobre los jugadores de rol, al menos en España, es demasiado pesada como para librarse de ella y es presumible que esta obra no llegará de forma inmediata. Por otra parte, tampoco sería justo olvidar que es un tema complejo y que su tratamiento no es fácil de llevar a cabo, y menos aún para un formato tan limitado como es el cine. Aún así, confiemos en que algún valiente dé el primer paso hacia la reconciliación de la relación cine-rol.

Por último señalar que las películas aquí presentadas no son el total de largometrajes que han tratado este tema, pero quizás sean las más características y de las que todos hemos oído hablar. En el tintero quedarán a buen seguro títulos que merecen ser tenidos en cuenta, y que quizá den para un segundo análisis futuro.

Share This